Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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100234
Legislatura: 1888-1889
Sesión: 6 de mayo de 1889
Cámara: Senado
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Duque de Tetuán.
Número y páginas del Diario de Sesiones: 94, 1657-1658.
Tema: Reformas militares.

El Sr. Presidente del Consejo de Ministros (Sagasta): El Sr. Duque de Tetuán sabe que yo no he metido prisa para la aprobación de este proyecto de ley; lo que sí he deseado es que no se hagan montañas de granos de arena, y que se dé a las cosas la importancia que verdaderamente tienen, porque después de todo, el Sr. Duque de Tetuán encuentra el pensamiento bueno, sino que cree que necesita alguna modificación. Pues bien; yo lo único que digo a S.S. es que creo que las reformas militares son necesarias, y en esto me acompañan todos los Ministros de la Guerra que ha habido, porque si no, ¿para qué la presentaron los generales Narváez, O?Donnell, Jovellar, Serrano, Ceballos y Martínez Campos? Todos estos dignísimos jefes de la milicia han presentado algunas reformas, lo cual prueba que las reformas se consideran necesarias en el ejército; y si es así, ¿por qué no han de salir éstas cuanto antes? ¡Que no salen perfectas! No tiene nada de extraño, porque en la humanidad no hay obra perfecta, y sobre todo, en cosas tan complicadas como ésta, en que las opiniones andan tan divididas.

No lo dude el Sr. Duque de Tetuán; aún no siendo buenas, que a mi juicio sí lo son, habría muchos más inconvenientes en detenerlas que en realizarlas.

Después de todo lo que se ha dicho, y de los ofrecimientos que se han hecho al ejército, salir ahora con que no hay nada que hacer, sería la decepción más grande, y eso no puede ni debe hacerse con ninguna corporación. Se viene predicando constantemente que las reformas son necesarias, y cuando van a concluir de discutirse, ¡se va a decir que no hay reformas! Éste sería un desengaño que no pueden darlo los Cuerpos Colegisladores ni nadie. Aunque no sea más que por eso, no deben ponerse más dificultades al dictamen que se discute.

Por lo demás, S.S. sabe que al pedir que mis amigos voten el proyecto, no hago más que lo que S.S. y los jefes de la oposición hace, que es pedir a los suyos que voten en contra. En estas cuestiones no hay nada político, y sólo los procedimientos, la conducta y la marcha de los partido es lo que hacen de las cuestiones técnicas, y hasta de las militares, cuestión de política.

Yo pregunto a S.S., y apelo a su buena fe: si después de lo que hizo, en mi opinión con poco acierto, el partido conservador, respecto de la enmienda del Sr. Marqués de Estella, consideraría como bandera del partido y citar a los Sres. Senadores para que vinieran, y traer hasta a los enfermos, y citarlos con una fórmula que puede ser grave: ?la asistencia puede ser importante?; si después de todo esto hubiera vencido la enmienda del Sr. Marqués de Estella, ¿cree su señoría que hubiera sido el triunfo del Sr. Marqués de Estella, o cree de buena fe que el partido conservador hubiera dicho que había derrotado al partido liberal? (El Sr. Marqués de Estella: ¡Si votaron 30 de ese partido con nosotros!). Sólo dos o tres. (El Sr. Marqués de Estella: Se abstuvieron muchos por varias consideraciones). Yo creo que se abstuvieron porque vieron el color político y el partido que la agrupación conservadora quería sacar de ello. El partido liberal [1657] se ha de defender también; ¿o creen que es tonto?

Por consiguiente, yo concluyo rogando a la Cámara que sin precipitación ninguna vote la ley; pero en esta enmienda del Sr. Marqués de Estella, como se salva el principio, me es igual; lo que tiene es que después de lo que ha pasado, me gusta más que mis amigos estén a mi lado que no enfrente. [1658]



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